Son muchos los motivos para vivir en la Costa Blanca, como ya mencionamos en este artículo. Pero uno de los más importantes, sin duda, lo encontramos en sus localidades. En la Costa Blanca hay cientos de lugares por descubrir, y todos ellos cuentan un trocito de historia de España y del mundo.
Por eso, desde Costa Cálida Promotores vamos a repasar los lugares más emblemáticos que se pueden visitar en el sureste español. Pero antes, un poco de contexto.
QUÉ ES LA COSTA BLANCA
La Costa Blanca es el nombre que se le ha dado al trozo de costa española de la provincia de Alicante, en el sureste español, una de las regiones con mejor clima de toda la península ibérica. Abarca desde Denia, al norte, hasta el Pilar de la Horadada, en el sur. 244km de playas, calas y acantilados.
¿Y por qué se llama Costa Blanca? Como veremos más adelante, la mayoría de pueblos de esta zona pintan las fachadas de sus edificaciones de blanco. Al incidir el sol en las casas, los pueblos resplandecen, haciendo que, desde el aire, toda la zona parezca una costa blanca.
Pero las localidades de esta zona del sureste español albergan mucho más que paredes blancas. Juegan con la historia, con lo antiguo y lo moderno, sin olvidar los parajes naturales que van desde las playas eternas de arena fina hasta los rincones más escarpados de la sierra.
Localidades como las que vamos a ver a continuación (aunque hay muchas más).
ALTEA
Por muchos, considerado como el pueblo más bonito de la Costa Blanca. Asomado al mar y de tradición pesquera, Altea destaca por sus casas blancas y sus calles empedradas que conforman postales por las que poder pasear. Además, en un mismo día puedes visitar todos los enclaves turísticos de esta localidad: el paseo marítimo y el puerto, el casco antiguo, el Jardín de los Sentidos, la Iglesia Ortodoxa, los restos amurallados, la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo…
Visitar Altea es sorprenderse a cada paso, pues este pueblo pesquero esconde entre sus calles tanta historia como belleza. Si estás en la Costa Blanca, tienes que visitarlo. Si no lo haces, habrás desperdiciado el viaje.
CALPE
Calpe es otro de los pueblos que está entre los más bonitos de la Costa Blanca. La imagen que más se conoce de esta localidad es la del Peñón de Ifach, una montaña de 332 metros de altura convertida en parque natural gracias a su bio-diversidad. Pero hay más cosas que ver en Calpe, como las salinas, los Baños de la Reina, un yacimiento de la época romana en la orilla del mar, las Termas Romanas, la Torre Molí del Morelló, un molina de viento árabe, las murallas del Siglo XV de su casco histórico y mil secretos más.
Ir a Calpe es fascinarse por la naturaleza, la historia y la gastronomía.
DENIA
Sin abandonar la costa, viajamos a Denia, una ciudad que proviene de la época romana. Con tantos años a sus espaldas, no es difícil adivinar que sus calles y rincones están repletos de historias de todas las épocas, como el Parque de Torrecremada, la Lonja de Pescado y Drassanes, el Barrio de Pescadores, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (ubicada en un antiguo refugio antiaéreo de la Guerra Civil Española)…
Pero, sin duda, el lugar que más destaca de Denia es su castillo, ubicado en un cerro que se alza desde el corazón de la localidad y construido en la época islámica. Sus vistas y las historias que esconde lo convierten en una visita obligada para cualquier turista.
TABARCA
Uno de los enclaves más peculiares de la Costa Blanca. Situado a nueve kilómetros de la costa, este pequeño pueblo es la única isla habitada de todo el entorno. En sus tierras han aparecido restos de la época romana, siendo habitada permanentemente en el siglo XVIII. Cuenta con una muralla medieval en perfecto estado, calles empedradas, casas de paredes blancas y playas y calas de aguas turquesas que más que invitar al baño, lo obligan.
Si estás en la Costa Blanca, tienes que bañarte en Tabarca.
VILLAJOYOSA
En rivalidad con Altea por ser el pueblo más bonito de la Costa Blanca, esta localidad existe desde la época romana. Villajoyosa es famosa quizás por dos motivos principales: sus fiestas de Moros y Cristianos, donde se recrean batallas históricas en mar y tierra, y su gastronomía, aupada al reconocimiento internacional gracias a su arraigada tradición pesquera y a los numerosos eventos gastronómicos que se celebran en sus calles.
Oto punto destacado de Villajoyosa lo encontramos en sus casas colgantes, unas edificaciones que desafían a la gravedad sobre el río Amadorio. Pero, quizás, su elemento más destacado sea el Barrio de Pescadores, asentado junto al puerto y con las fachadas de los edificios pintadas de diferentes colores. Una nota visual que convierte a la localidad en una visita obligada.
JÁVEA
Como casi todos los pueblos de la Costa Blanca, Jávea cuenta con un casco histórico empedrado y casas de paredes blancas que harán las delicias de cualquier turista, sin olvidar su Playa el Arenal y su extenso puerto deportivo. Pero el elemento más famoso de esta localidad no está en las calles, sino en el entorno.
Jávea cuenta con algunos de los parajes naturales más impactantes de la Costa Blanca. Lugares como la cala Granadella o el Parque Natural del Montgó, el cual aglutina lugares como el faro del cabo de San Antonio, la Cova Tallada, los Molins de la Plana o las cuevas marítimas que se pueden visitar desde el mar.
GUADALEST
Algo menos conocido a nivel internacional, este hermoso pueblo ha conservado toda su esencia medieval. Anclado en una elevación de un valle del interior de la provincia de Alicante, esta joya histórica cuenta con un castillo que parece brotar de la montaña, calles y casas levantadas en escarpados riscos y unas vistas que alcanzan varios kilómetros a la redonda.
Si quieres sentir la historia en su esencia más pura, tienes que visitar Guadalest.
Como has podido observar, la Costa Blanca alberga lugares que impactan por su belleza y su historia. Pero la Costa Blanca es mucho más que pueblos y ciudades, como veremos en futuros artículos. Así que no dejes de visitar nuestro blog para descubrir mil secretos más.
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